Páginas

viernes, 25 de julio de 2014

Clásicos Inmortales: ¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú

Kubrick siempre fue un visionario incomodo. Ya sease por su antibelicismo, por su visión de la ciencia ficción o de hacía donde iba la sociedad, con sus obras nos mantenía en alerta ante la brutalidad del propio ser humano. Uno de los ejemplos los tenemos en ¿Telefono Rojo? Volamos hacia Moscú en la que pone de relieve con fino toque de humor negro el miedo existente ante la posibilidad de una guerra nuclear en una época en la que el mundo se dividía en dos bloques: el de los Estados Unidos y la Unión Soviética. Unos años que fueron conocidos como los de la guerra fría.


Y de hecho la película ya nos marca desde el inicio el miedo existente por parte de los Estados Unidos, cuyo ejercito mantiene en el aire bombarderos B-52 cargados de misiles nucleares. El objetivo: evitar un ataque nuclear ruso por sorpresa.
Un día los bombarderos reciben la orden del General Jack D. Ripper (Sterling Hayden), comandante de la base aérea de Burpleson, de atacar la URSS, haciéndose fuerte en la base y cortando todas las comunicaciones, utilizando los bombarderos un código especial de transmisiones que sólo conoce el propio General.


El incidente trasciende y el Presidente de los Estados Unidos Merkin Muffley (Peter Sellers) se reune en el Pentágono con los máximos responsables políticos y militares del país, y con el embajador soviético para buscar una solución diplomática, llamando al Presidente ruso Dimitri al que le indican los objetivos de sus bombarderos para que los destruyan antes de que los alcancen, ya que, de lo contrario hará su estallido "el arma definitiva", un ingenio armamentistico nuclear de los soviéticos que, como explica el Dr. Strangelove (Peter Sellers), un ex científico nazi y actual asesor del Presidente estadounidense, es un arma disuasoria, que explotará en caso de un ataque nuclear a Rusia, que tiene la capacidad para acabar con toda la vida de la tierra, y cuyos efectos durarían casi cien años.


Intentarán capturar al enajenado Ripper, para lo que envían tropas a la base, que se encuentran con una fuerte resistencia. Dentro, el capitán Lionel Mandrake (Peter Selelrs) encerrado con el General, que lo tiene de rehén, trata de convencerlo para que desista. 


Ripper explica la razón de su decisión: hay una conspiración soviética para fluorizar el agua, contaminando los fluidos corporales. Cuando toman la base y temiendo las torturas que recibirá, Ripper se suicida. Mandrake contacta con el Presidente y les comunica el código secreto que dedujo de las palabras y de unos bocetos de Ripper, comunicando la orden de regreso a sus bases a los aviones.

El General Turgidson desconfia de los rusos

Pero los ataques soviéticos anteriores derribaron tres aparatos y dejaron a otro muy dañado, por lo que los militares estadounidenses no pueden recibir las ordenes, ya que la radio esta muy dañada.
Muffley comunica a los rusos los objetivos del avión para que lo destruyan antes de que los alcance. Sin embargo, los daños del avión le hicieron perder combustible lo que hace que se replanteen la misión, decidiendo atacar un objetivo próximo.


La compuerta de los misiles quedó bloqueada, y al intentar soltarla de forma manual, el Mayor "King" Kong, sube sobre unos de los misiles cayendo con él, cogiéndolo con una mano y ondeando su sombrero de vaquero como si de un rodeo se tratara, explotando.

Kong como en un rodeo

El dispositivo del día del juicio final se activa y el Doctor Strangelove recomienda al Presidente Muffley el modo de preservar la vida humana, ocultando a 100.000 personas en una mina a más de 1.000 metros, donde la radiactividad no los pueda alcanzar, para que la Tierra pueda repoblarse.
El Doctor Strangelove, en una de las escenas más recordadas de la película, se levanta de su silla de ruedas anunciando que tiene un plan, dándose cuenta en ese momento de que puede caminar y grita "¡Mein Führer, puedo andar!" Todo eso pasa un segundo antes de que las bombas del juicio final empiecen a detonar.

Dr. Stangelove: "¡Mein Führer, puedo andar!"

Película extraordinaria y que, como muchas de las obras de Kubrick, generó cierta controversía ya que en ella podemos ver el miedo muchas veces irracional y el toque antibelicista de su director, que pone a las guerras y desmanes de los hombres como posibles causantes de la desaparición de la raza humana. A destacar las grandes actuaciones de Peter Sellers, ya que tiene el merito de hacer de hasta tres personajes diferentes (Mandrake, el Presidente Muffley y el Doctor Strangelove).

Ficha 

Dirección
Stanley Kubrick
Producción
Stanley Kubric
Guión
Stanley Kubrick
Peter George
Terry Southern
Obra: Peter George
Música
Laurie Johnson
Fotografía
Gilbert Taylor
Montaje
Anthony Harvey
 
Otros datos

País
Reino Unido
Año
1964
Género
Comedia
Duración
93’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
Peter Sellers
Capitán Lionel Mandrake, Presidente Merkin Muffley y Doctor Strangelove
George C. Scott
General 'Buck' Turgidson
Sterling Hayden
General Jack D. Ripper
Keenan Wynn
Coronel 'Bat' Guano
Slim Pickens
Mayor T. J. 'King' Kong
Peter Bull
Alexi de Sadesky, Embajador de Rusia
James Earl Jones
Teniente Lothar Zogg

Premios
BAFTA

Categoría
Persona
BAFTA a la Mejor Película
-
BAFTA a la Mejor Película Británica
-
BAFTA al Mejor Diseño de Producción (Blanco y Negro)
Ken Adam

Bombazo


"¡Mein Führer, puedo andar!"

1 comentario:

  1. Con todo respeto pregunto: Qué sentido tiene contar todo el argumento de la película (incluso el final)? Debería haberse colocado antes de la nota la advertencia de SPOILER. Si el lector ya vio la película no necesita los detalles, y si no la vió le arruinan el visionado. Pensé que se trataría de una crítica artística y no el desarrollo argumental.

    ResponderEliminar