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miércoles, 4 de junio de 2014

La calle no es de ellos

Me hace gracia, por no decir otra cosa, cuando los supuestos republicanos durante estos días nos hablan de que ellos tienen un mayoría social, lo que vendría a ser el equivalente a lo que dijo Fraga en su momento: "La calle es mía".


Y no es así. Lo que se olvidan esos personajes, que aprovechan la mínima ocasión para sacar una bandera inconstucional, es que España es una Democracia representativa por la cual los españoles elegimos a unos representantes cada cuatro años para que estos nos representen en las Cortes. Esto quiere decir que de alguna forma entregamos nuestra capacidad de decisión a los diputados elegidos mediante sufragio universal, haciendo que la Soberanía Nacional quede a buen resguardo. 
El problema es cuando hay gente que no acepta esto y considera que se debe actuar a golpe de manifestación, saltándose la legalidad vigente. Rajoy lo dijo ayer. Sí quieren un cambio en la legislación, que actúen mediante los cauces legales. Lo malo es que algunos, me refiero a los políticos radicales, se olvidan de que juraron una Carta Magna, que les obliga no sólo a cumplir, sino a hacer cumplir lo que en ella esta escrito. Esa gente no quiere formar parte de la legalidad porque ésta no les permite obtener sus oscuras aspiraciones que no son precisamente democráticas. Ellos quieren una república como la del periodo 1931-36 en la que una ideología determinada secuestro a todo un país hasta el punto de quemar iglesias, asesinar jefes de la oposición y encarcelar o desterrar a todo aquel que no estuviera de acuerdo con sus ideales. 
Esa gente desprecia la Democracia representativa porque ésta es el muro que afortunadamente corta sus aspiraciones totalitarias. Prefieren estar fuera de la Ley porque desprecian esa Ley. Es tan su desprecio a la Ley, que se olvidan que los problemas de los ciudadanos van mucho más allá de esas aspiraciones absurdas.
El paro y la corrupción política son las cosas que más preocupan a los ciudadanos. Los españoles lo que quieren es vivir en paz y armonía. Siempre existiran diferencias como en cualquier otra Democracia. Éste es un Sistema mejorable, pero la gente se tomo el pelo a sí misma. La Democracia no es el sistema perfecto, pero si el menos malo. Y teniendo en cuenta los avatares de nuestra historia, prefiero una Democracia imperfecta que la más atroz de las dictaturas, algo que defienden los partidos que se han lanzando a la calle (admiran a Cuba, Venezuela, ...).
PD: No me vale eso de que todos merecen respeto. Gente que quiere ir hacía un modelo cubano o venezolano, debe ser depreciada por todos aquellos que aman la Democracia.

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