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miércoles, 19 de febrero de 2014

Copérnico y el heliocéntrismo

El día en que Nicolás terminó su obra De revolutionibus orbium coelestium fue un día histórico para la ciencia. Ese día Copérnico había acabado de un plumazo con miles de años en el que el hombre se había sentido en el centro de universo.


No era la primera vez que alguien proponía su teoría, pero años de incompresible intransigencia por parte de la iglesia habían posibilitado la falta de conocimiento científico. Desde los púlpitos se planteaba al hombre no ya como el centro de la creación según el Génesis y, desde esa vertiente, se decía que el hombre es un todo sobre el que giran las cosas y es por eso el que todo giraba en torno a la Tierra.
Sin embargo, ya desde los grandes filósofos griegos se habían planteado otras teorías. Algo que Copérnico, gran aficionado a la Grecia antigua, llevó en su obra. Una obra que, con investigaciones propias, muchos decían que amenazaba con tambalear los cimientos de la Iglesia y el Mundo Occidental. En su obra se planteaba que el hombre y con él, la Tierra, no era el centro del Universo. Todas las órbitas, incluida la Tierra, giraban en torno al Sol. Planteaba la que sería dominada como la Teoría Heliocéntrica. 

Sistema Copernicano

Muchos problemas trajeron a Copérnico sus estudios. Varios años tardo la Iglesia en aceptar como tal sus ideas, aunque estas no iban en contra de ninguna doctrina, ni de la Biblia, al igual que muchas teorías posteriores como la de Galileo Galilei, el cual sería fuertemente influido por las teorías del propio Copérnico. 


Copérnico nació tal día como hoy en 1473. Ese día nació un revolucionario de la ciencia que, a pesar de las criticas iniciales, pasa por ser uno de los personajes más influyentes en nuestra concepción de la vida y lo que nos rodea.

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