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jueves, 9 de enero de 2014

Sobre los jueces estrella

Un juez estrella es aquel del que se habla más por lo que dice en los medios de comunicación; que por sus sentencias. Un juez estrella, también puede ser aquel que con mucha o poca justificación judicial, quiere sentar a determinada persona por ser quien es porque, digamos, le pone mucho imputar a dicha persona y que ésta declare ante él.


El ejemplo más claro lo tuvimos en prevaricador Baltasar Garzón que después de no culminar sus aspiraciones en el PSOE de ser Ministro, volvió a la judicatura, sacando del armario el consabido caso GAL y es que según cuentan su obsesión era sentar en el banquillo al propio Felipe González. El resultado fue que algunos hubo una investigación apresurada y absurda, además de que muchos jueces se negaron a ello porque, según decían: "sentarlo era estigmatizarlo". Otro caso lo hemos visto en el tal Gómez Bermudez, que se pasea por el mismo canal, "La sexta" claro, diciendo que el no pide permiso, que él, sin orden judicial coge el archivo que le de la gana. El último caso lo vimos en el tal Pedráz (Garzón Junior me gusta llamarlo), que haciendo uso de una conocida red social, se atreve a justificar la decisión de que los presos ex-carcelos se reunan como si nada.
Un juez ante todo ha de ser imparcial, pero no sólo en sus decisiones judiciales, sino en su forma de actuar de cara al exterior. Lo mejor que se puede decir de un juez es que se lo conozca por sus sentencias, buenas o malas, y no por sus comentarios en tal canal de televisión y demás. Por ejemplo, yo no conozco el tono de voz de la juez Alaya (Caso ERE) o el del juez Ruz (Caso Gurtel), pero con su silencio y tesón están demostrando que, independientemente de que se pueda estar de acuerdo con sus decisiones, viven por y para la justicia.
A diferencia de los que nombre antes y el del que esta juzgando el caso Noos, que tiene la indecencia de pararse ante los medios o quedar con una abogada de la acusación. Es lo que yo decía antes. A lo mejor con dicha abogada hablo de deportes o del tiempo (me da igual), pero no queda en buen lugar puesto que no sólo hay que ser honrada, sino parecerlo. Algo que es extensible a todo cargo político, ya sea el Presidente del Gobierno o cualquier funcionario.

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