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miércoles, 18 de diciembre de 2013

Clásicos Inmortales: El Verdugo

Esta película, sin lugar a dudas, marco toda una época en el cine español y es que se metía de lleno en una de las profesiones que durante el franquismo tuvieron tan mala fama como eran la de los verdugos, los cuales se encargaban de cumplir las penas de muerte. Para ello Berlanga, un maestro en estas lides, utiliza una fina ironia o humor negro que hace a esta cinta una de las más entrañables de esos años 60.


La película comienza cuando llega un cadáver a una funeraria, siendo cargado en su ataud por José Luis Rodríguez (Nino Manfredi). Poco después aparece el verdugo, Amadeo (Pepe Isbert), el cual firma los papeles del caso, y debido a no poder utilizar su medio de transporte, los chicos de la funeraria lo llevan a su casa. Amadeo olvida el maletín en la camioneta, y José Luis se lo lleva hasta su casa, conociendo a su hija Carmen (Emma Penella).

Amadeo, tras cumplir su trabajo

Toman café y los tres, hablan de la pena de muerte, Amadeo es partidario de ella, mientras el enterrador se muestra escéptico. Vuelve José Luis al cuchitril donde vive con su hermano y su cuñada. Amadeo, lo invita a un picnic, donde pasa tiempo con Carmen, enamorandose ambos jovenes con el paso del tiempo. Al final, acaban confirmando su relación. Entonces, estando ambos en la casa de ella, llega Amadeo, contento por haber conseguido un piso, un cuarto donde vivir con Carmen, y ella al revelarle su nueva relación, saca de quicio a su padre, a quien José Luis le promete que se casará con Carmen, solo para tranquilizarle.

José Luis y Carmen acaban enamorandose

Finalmente tiene lugar la boda, cuando Carmen esta embarazada. El hermano de José Luis, Antonio (José Luis López Vázquez), y su cuñada, a pesar de asistir al enlace, no quieren saber nada de ellos ya que no aceptan que el joven se haya casado con la hija de un verdugo.

La familia de José Luis no quiere saber nada de su relación con la hija de un verdugo

Ya casados, ambos van con Amadeo a revisar el piso, pero se encuentran con la sorpresa de que el lugar ha sido designado para otra familia, y, otra vez, por trabas burocráticas, no lo obtendrán al estar casada Carmen, por lo que deberán mentir y probar su soltería. Es en ese momento cuando ven que no tiene caso seguir mintiendo, y que la única forma de mantener el piso designado al verdugo, es que su yerno perpetúe el oficio, por lo que José Luis deberá seguir la tradición, y es postulado, al puesto, ante el evidente fastidio de éste, que, siendo incapaz de matar hasta a una mosca, se vera ante el compromiso de hacer un trabajo tan ingrato.

Amadeo postula a su yerno como nuevo verdugo

Literalmente llevado a rastras por su suegro, iniciando los trámites de su nuevo oficio, y al necesitar una buena referencia para el mismo, Amadeo consigue que un ilustre amigo suyo lo avale. En las calles, el pobre José Luis arbitra discusiones, y hasta pone su dinero para solucionar rencillas, temeroso de que alguien sea condenado, y se convierta en su primer trabajo. Pasa el tiempo, el bebé ha nacido y se mudan los cuatro al nuevo piso. Pero cuando menos se lo esperaba, se le notifica a José Luis que el primer trabajo ha llegado, pero quiere dimitir. Sin embargo, la familia viaja hasta Mallorca, donde se encargara de la ingrata tarea. Encuentran que la victima ha enfermado y deben esperar su mejoría, mientras hacen turismo en Palma.


José Luis todavía tiene esperanzas de no tener que efectuar la pena. Pero, en plena celebración de la ciudad, José Luis es solicitado, y es llevado contra du voluntan. Finalmente cumple su cometido. Al volver, afirma que nunca volverá a hacerlo. Amadeo, casí sin darle importancia, termina por decir que lo mismo dijo él en su momento.


No era una película facil para Berlanga. Los verdugos, como ya dije, cumplian una función dentro del franquismo, que era cumplir las penas de muerte. Una profesión ingrata, nada valorada, y que da todo menos risa. Pero Berlanga supo llevarlo a su terreno, consiguiendo una cinta de humor negro, que, con gran habilidad, supo sortear cualquier censura previa, resultando, aunque resulte paradojico en un alegato contra la pena de muerte. Un cambio de mentalidad entre las generaciones más viejas y más jovenes representadas en Amadeo y José Luis respectivamente.

Ficha

Dirección
Luis García Berlanga
Producción
Naga Films (Madrid)/Zabra Films (Roma)
Guión
Rafael Azcona
Luis García Berlanga
Ennio Flaiano
Música
Miguel Asins Arbó
Fotografía
Tonino Delli Colli (B&W)
 
Otros datos

País
España
Año
1963
Género
Comedia negra
Duración
87’

Protagonistas

Actor
Personaje
Pepe Isbert
Amadeo, el verdugo
Nino Manfredi
José Luís Rodríguez, el enterrador
Emma Penella
Carmen
José Luis López Vázquez
Antonio Rodríguez
Ángel Álvarez
Álvarez, el enterrador
Guido Alberti
Director de la prisión

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