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domingo, 3 de noviembre de 2013

Clásicos Inmortales: Cinema Paradiso

A lo largo de la historia del cine, han existido dramas de una calidad incuestionable, pero Cinema Paradiso es apra muchos una de esas pequeñas joyas que forman parte del género dramatico que a muchos nos han emocionado.


Una noche el famoso director de cine italiano Salvatore Di Vita (Jacques Perrin) vuelve a casa tarde, una noche, donde su novia dormida le dice que su madre (Pupella Maggio) lo ha llamado para decirle que alguien llamado Alfredo (Philippe Noiret) había muerto. 
Desde el principio de nos muestra que Salvatore tiende a alejarse de las relaciones que requieran un compromiso serio y que no ha vuelto a su pueblo natal de Giancaldo, Sicilia, en treinta años. Era una noche de tormenta y es en la oscuridad de la noche cuando Salvatore comienza a recordar su infancia y quien era Alfredo, ese hombre que tanto marcaria su propia vida.


Podemos ver al pueblo natal de Salvatore (Salvatore Cascio) después de la Segunda Guerra Mundial a finales de la década de los 40. Salvatore es el hijo travieso e inteligente de una viuda de guerra (Antonella Attili) que tiene que criar sóla a otra hija, además de a Salvatore. 


Con seis años de edad, Salvatore, conocido como Totó, descubre su amor por las primeras películas y pasa cada momento libre en el cine local Cinema Paradiso, donde traba amistad con el paternal proyeccionista, Alfredo, que al principio considera al niño una carga, aunque finalmente acaba sintiendo cariño por Totó y a menudo le permite ver películas en la cabina de proyección. 

Alfredo le enseña todo lo que sabe de cine a Totó

En las escenas de varias de las películas que se muestran, hay frecuentes abucheos de la audiencia por la censura de muchas secciones del metraje. Y es que el Sacerdote del pueblo (Leopoldo Trieste), antes de que la película fuera proyectada al público, siempre las veía y cuando salio alguna escena inapropiada, incluso dos amantes besandose, con una campanilla le anunciaba a Alfredo que dicha escena debía ser eliminada. Alfredo guarda estas secciones en su cabina. 


El propio Alfredo le enseña a Totó como proyectar sus películas hasta el punto de que el niño acaba ayudandole. Pero durante la proyección de una película en la plaza, el cine se incendia, ya que la película en aquellos años era de nitrocelulosa altamente inflamable. Salvatore salva la vida de Alfredo, pero no antes de que los rollos de película exploten en la cara del proyeccionista, dejándolo ciego. El Cinema Paradiso es reconstruido por un ciudadano de la ciudad, Ciccio, que invierte sus ganancias en la lotería de fútbol en el mismo. 

El nuevo cinema paradiso

Salvatore, siendo todavía un niño, es contratado para ser el nuevo proyectista, ya que es el único en la ciudad que puede hacer funcionar las máquinas gracias a las lecciones de Alfredo, que va a visitarlo el día de la primera proyección con al consenuente alegria del niño.


La vida de Salvatore avanza y pasados unos años es un experimentado proyeccionista que estudia en la escuela secundaria. Su relación con el ciego Alfredo se ha fortalecido aún más si cabe, y Salvatore a menudo busca su consejo. 


También vemos que Salvatore ha comenzado a experimentar con el cine gracias a una cámara de cine en casa, y conoce a una chica, Elena (Agnese Nano), hija de un rico banquero. Salvatore se queda prendado de la joven que, en un inicio, actua con desden hacía el joven, pero sólo la constancia del propio Salvatore hace que acaben juntos. 

Salvatore se queda prendado de la joven Elena

Pero el padre de ella desaprueba la relación y  Elena se muda con su familia fuera del pueblo y el chico también tiene que irse para servir en el servicio militar obligatorio. Sus intentos de escribir y mantener el contacto con Elena son nulos. sus cartas siempre se las devuelven como no entregadas. 


A su regreso del servicio, Alfredo, viendo el potencial que hay dentro del joven, le sugiere irse para siempre. Considera que el pueblo es demasiado pequeño para que Salvatore cumpla sus sueños. Un ya anciando Alfredo le dice que una vez que se vaya, él debe seguir su destino de todo corazón y no mirar a atrás. No regresar nunca, a pesar de la nostalgia. Sólo así conseguirá demostrar su valía y con ello cumplir sus sueños.

Salvatore se despide de Alfredo y de su pasado

Salvatore ha obedecido, pero es por el funeral de ese hombre que en cierta medida fue un padre para el por el que vuelve a casa por primera vez desde que se fue. A pesar de que su pueblo natal ha cambiado mucho, es en ese momento cuando comprende el porque Alfredo pensó que era tan importante que se fuera. La viuda del propio Alfredo le dice que el anciano había seguido los éxitos de Salvatore con gran orgullo y le ha dejado algo: un carrete de película sin etiqueta y un pequeño banco que Salvatore usaba para poder hacer funcionar el proyector. Salvatore, además, comprueba durante su corta estancia, que el edificio del Cinema Paradiso va a ser demolido para dar paso a un nuevo aparcamiento de la ciudad. Es en la demolición cuando ve a muchas de las personas que tanto le acompañaron en su infancia.

El funeral en frente del cine

Salvatore regresa a Roma. En este momento de la liberación del carrete de 123 minutos, observa y descubre que se trata de un montaje muy especial. Es de todas las escenas de besos que el Sacerdote ordenó que se cortaran. El propio Alfredo había empalmado todas las secuencias, que previamente había guardado, entre sí para formar una sola película. Un recuerdo con su pasado muy emotivo. Al final, la película termino como debieran terminar todos con uno o muchos besos de cine y nunca mejor dicho.


Esta película aclamada por su grado emotivo es todo un canto de amor al cine, como es lógico, pero no sólo eso. Es un canto a la vida sencilla, a sus gentes, a aquellas gentes que en han significado tanto en nuestra vida y que de alguna forma han configurado nuestra personalidad. Personas que forman parte de nuestro recuerdo, pero que siempre, a pesar de los años, se mantendran en nuestro corazón. Por supuesto a que esta película sea aún más grande es la espectacular banda sonora de uno de los más exitosos compositores: Ennio Morricone.

Ficha

Dirección
Giuseppe Tornatore
Producción
Franco Cristaldi
Giovanna Romagnoli
Guión
Giuseppe Tornatore
Música
Ennio Morricone
Fotografía
Blasco Giurato

Otros datos

País
Italia
Año
1988
Género
Drama
Duración
123’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
Philippe Noiret
Alfredo
Jacques Perrin
Salvatore adulto
Agnese Nano
Elena
Leopoldo Trieste
Padre Adelfio
Salvatore Cascio
Salvatore niño
Isa Danieli
Anna
Philip Stone
Delbert Grady
Marco Leonardi
Salvatore adolescente
Pupella Maggio
María anciana
Antonella Attili
María adulta

Premios
Oscar

Categoría
Persona
Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa
-

BAFTA

Categoría
Persona
BAFTA al Mejor Actor
Philippe Noiret
BAFTA al Mejor Actor Secundario
Salvatore Cascio
BAFTA al Mejor Guión Original
Giuseppe Tornatore
BAFTA a la Mejor Música Banda Sonora
Ennio Morricone
BAFTA a la Mejor Película de Habla no Inglesa
-

Globos de Oro

Categoría
Persona
Globo de Oro a la Mejor Película Extranjera
-

Festival de Cannes

Categoría
Persona
Premio Especial del Jurado
-

David di Donatello

Categoría
Persona
David di Donatello a la Mejor Película
-

Banda sonora


Final (Besos de cine)

3 comentarios:

  1. Gran post amigo!!!! SIgue así. Viva el cine italiano y Giuseppe Tornatore: http://cine-italiano.blogspot.com.es/2014/02/los-10-mejores-directores-del-cine.html

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  2. Bravo!! Tengo todos los pelos de punta, porque me has hecho recordar todas y cada una de las escenas de esta maravillosa escena!!
    Genial entrada, amigo y gracias por compartirla!!
    @jeanne_duval

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