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sábado, 12 de octubre de 2013

El aborto no es un juego

Algunos, o más bien algunas, se creen que el aborto es un juego y no sólo no es verdad, sino que es una tragedia en la que fracasa la sociedad en general y en particular esa madre que, por diferentes motivos, aborta.


Tampoco era una reclamación social por parte de nadie, sino de gente que actúa como lo hicieron regímenes totalitarios como el nazismo que justifica la muerte de fetos o la castración química en base a supuestas deficiencias que lo único que esconden es una selección perversa que es la del hombre (a diferencia de la conocida teoría de la selección natural en la que sobrevive el más fuerte). Tampoco es excusa el que haya violaciones que conduzcan a la concepción de una criatura, dado que la en menos del 1% mundial se da un caso parecido.
Casualmente todos los grupos que defienden tales practicas son izquierdistas o "progresistas" que conciben el aborto como quien va a quitarse una muela (patético) como esas que protestaron el otro día en el Congreso, las cuales sólo buscan notoriedad y les importa bien poco el sufrimiento de las madres. Esta noche va a ir una de ese grupo activista a Telemierda, perdón Telecinco (¡Aunque viene a ser lo mismo!).
Pero lo que resulta más indignante es que digan que es un derecho. Uno puede tener derecho a la educación, a la sanidad, pero no a la muerte. El cuerpo no es un juguete de usar y tirar. De hecho hay muchas parejas que quisieran tener un hijo y no pueden porque la naturaleza no les permite tenerlo. ¿Por qué las mujeres que no quieren tener un hijo no se lo dan a esas parejas? Que haya personas que hablen del aborto como un derecho es inmoral, mientras existen personas que estarían dispuestas a darle todo su amor a ese niño.
Soluciones hay para cambiar una situación en la que se ha fomentado la cultura de la muerte, pero eso es algo que determinadas personas no quieren ver. Las radicales como las del Congreso y otras porque no saben de lo que hablan. Y algunos políticos porque conciben las cosas esenciales de la vida como una lucha ideológica y la vida es algo más que todo eso. Es un DERECHO que los Estados deben proteger.

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