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sábado, 17 de agosto de 2013

Ser efectivos contra la corrupción

Es pasar por una emisora de radio o canal de televisión y darse uno cuenta de lo dividida que esta la sociedad española en temas que tendrían que ser centrales y nada partidistas.

Barcenas, un ejemplo más de que existe financiación ilegal de partidos

Todo el mundo estará de acuerdo con acabar con la lacra de la corrupción política, pero parece que algunos son más permisivos o indulgentes cuando este tema afecta a los propios, mientras que si afecta a los adversarios hay que actuar de forma tajante y contundente. La corrupción no es un problema de un partido concreto, sino de todos. Echando pestes al rival y justificar de alguna manera a los propios no es el camino. Uno puede estar en desacuerdo en todas las cosas con una persona, lo cual es tan democrático como lo contrario, pero si hay algo en lo que tenemos que estar de acuerdos es en erradicar de forma contundente esos casos de corrupción que afectan a la sociedad española.
Mientras los políticos no se den cuenta de que es un problema de todos y busquen cualquier resquicio para tirar basura al rival no haremos nada. Tampoco se soluciona diciendo lo malo que son algunos y escondiendo las propias miserias. Un ejemplo es la sexta. Yo creo que sólo han hablado en sus debates de los Eres fraudulentos como tres minutos contados, mientras que del caso Barcenas sólo les falta comentar como se suena la nariz el ex-tesorero del PP. 

Los Eres fraudulentos, uno de los mayores casos de corrupción en la historia de España

Robar siempre esta mal, venga de donde venga. Y utilizar el debate político para acusar al adversario de corrupción, cuando tu tienes m... (y lo que sigue) hasta las cejas, no es que me parezca estúpido, sino es de miserables. Es de personas que no merecen ocupar ningún cargo porque están más preocupados de mantener el puesto en su propio partido que solucionar los problemas de los ciudadanos, los cuales muchos de ellos han sido generados por la propia política.
Por eso hay que ser consecuente con lo que se dice y lo que se hace. Primero hay que quitarse la viga en tu ojo para quitar la paja al ajeno. Y no al revés, algo que se ha hecho habitual en la política nacional. Es por eso necesario un cambio de políticos. Políticos honrados de los que se pueda discrepar, pero siempre desde el respeto y con un punto en común: alcanzar un Estado de bienestar que sea lo mejor posible para los ciudadanos.

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