El antiespañolismo en América

Hubo varios países que no le dejaron circular por su espacio aéreo y resulta que España es el que paga los platos rotos. Los caciques de América Latina vuelven a la carga acusando a España de forma torticera como siempre porque siempre les toca quejarse del antiguo país colonizador. Ahí estaban sentados formando un aquelarre contra España (la leyenda negra parece que continua) guiados por el ofendido Evo Morales (ya saben aquel que dijo que comer pollo volvia mari... a la gente) y por el de Venezuela (ya saben el sucesor del gorila rojo, aunque no deja de ser una imitación mala) que llegó a decir en uno de esos actos multitudinarios, propios para caer en el populismo, que si viniera Rajoy lo harían viajar del avión a ver si llevaba droga o euros robados a los españoles. Eso no deja de demostrar una vez más el profundo sentimiento español, que no radica en la población, sino en aquellos que pretenden engañar a su electorado con el populismo barato y reverdecer la leyenda negra, tachando a España de imperialista.

 

Ellos tendrían que saber de donde vienen, que han sido más tiempo españoles que venezolanos, uruguayos, argentinos y que la cultura española esta muy presentes en su vida y los ha enriquecido enormemente. El hecho de que hablen una lengua tan rica como el español es un ejemplo claro y contundente. Pero también España y sus ciudadanos tenemos que darnos cuenta de que si esos señores han llegado al poder es, en parte, culpa de España. Ya comente que de las revoluciones, golpes de Estado o guerras no puede salir nada bueno. Pues de esta forma fue como se gesto lo que es hoy América Latina. Continuas revoluciones tanto contra España como entre ellos llevaron a la miseria a todas las regiones de Hispanoamérica, siendo irónicamente, zonas muy ricas porque caciques elegidos (en elecciones de dudosa legitimidad) o no elegidos (dictaduras han tenido para dar y regalar) han robado el dinero de sus gentes y les importa bien poco que haya pobreza en su país, que la gente se muere de hambre y que no tenga una sanidad y educación dignas. 

Precisamente la falta de educación es lo que más les interesa puesto que, de esa forma, consiguen dominar a las masas, mediante el engaño y la corrupción. España, como potencia no amiga, sino hermana de esos países tiene que liderar una transición aún más difícil que la suya propia: la democratización de toda América Latina, llevando, además, a aquellos que han robado, asesinado y corrompido a unos tribunales imparciales que los juzguen por la cantidad de tropelías que han hecho.