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viernes, 14 de junio de 2013

El terrorismo es el cancer de la sociedad

Ahora resulta que el asesino y secuestrador Bolinaga, merced a un informe del Colegio de Medicos de Madrid, podría haber sido tratado de su cancer en prisión. Esto es de verguenza. Que un ser tan despreciable, el cual no se arrepiente de nada, pase un sólo segundo de su vida en la calle. Una vergüenza política. Pero como parece que ya no queda dignidad en este país por parte de los políticos, aquí no ha pasado nada. 
Que un personaje inmoral que, junto a otros mantuvo encerrando a una persona en un zulo minúsculo durante más de 500 días (Ortega Lara) y asesinara a tres guardias civiles tenga momentos de libertad es aberrante. Y lo peor (sí puede ser peor) es que le fulano no se arrepiente de nada. 

Bolinaga, un asesino despreciable

No es el único caso, ha habido a lo largo de estas últimas legislaturas, donde han vivido a cuerpo de rey (el zapaterato fue tremendo), pero es que siguen gozando de privilegios que son inasumibles para una sociedad libre que defiende la vida de los ciudadanos. Estos seres despreciables deberían pasar toda su vida en prisión y los que hablan de que la cadena perpetua es antidemocrática, me gustaría saber qué piesan de que en otros países (Francia, por ejemplo), se aplique y no pase nada. Al menos, ahí asesinan o secuestran a uno de los suyos, y su Gobierno (sea del color que sea) y sus ciudadanos (todos) van a por ese c.... y le dan su merecido con la LEY en la mano. Porque es precisamente el Código Penal el que tiene que ser aplicado en TODOS los casos y para unos si y otros no.
No podemos vivir en un país que o se les mata (Caso GAL) o se les conceden todo tipo de indulgencias. La Ley esta para ser cumplida y el dinero se puede o no se puede devolver, pero una vida humana es lo más sagrado que hay y, eso si, no se puede devolver. En el caso de ese criminal enfermo, con los avances médicos que hay (que tampoco hacen falta tantos), debería haber sido tratado en lo que tiene que ser su sitio natural: la prisión. 
Nosotros como sociedad tenemos que protegernos de indeseables que quieren destruir la vida de los demás porque no solo acabaron con la vida de un Guardia Civil o la de un ciudadano cualquiera, acabaron con las de sus hijos, esposas, maridos y un largo etcétera de personas que han sufrido por no tener a aquel familair al que querían tanto querían y que unos individuos inmorales y despreciables acabaron con su vida.
Acabar con la lacra del terrorismo y sus ejecutores no es algo que tienen que resolver las fuerzas de seguridad del Estado, sino todas las personas que conformamos este país, las cuales como ciudadanos de bien hemos de rechazar a todos los que pretenden atentar contra la libertad y la vida del individuo. Lo más preciado.

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