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miércoles, 5 de junio de 2013

Clásicos Inmortales: Perdición

Película cumbre del cine negro, dirigida por Billy Wilder. El guion es una adaptación de la novela Pacto de sangre (cuyo título original era Double Indemnity) del escritor James M. Cain, escrita en 1935. Basada en una historia real sucedida en 1927, obtuvó siete nominaciones a los Oscar, incluyendo el de mejor película en una época donde el cine negro estaba en lo más algido.


Un hombre malherido llega a una oficina. El sujeto en cuestión es Walter Neff, agente de seguros, el cual llega al sitio donde trabaja y empieza a relatar por un dictafono para su compañero Barton Keyes (Edward G. Robinson), jefe de siniestros de la compañía, los hechos acontecidos durante estos días, afirmando que es culpable del asesinato de un hombre.El famoso asunto Dietrichson, el expediente por accidente con doble indemnización, en el que se involucró por dinero y una mujer, no consiguiendo ni el dinero ni a la mujer.

Prendado de la señora Dietrichson

Durante la trama podemos ver como Neff, en connivencia con Phyllis Dietrichson (Barbara Stanwyck) va a intentar que el marido de ella firme un seguro de vida (sin saberlo éste), haciendo posteriormente, que éste tenga un "accidente" en un tren en el que tiene que viajar por motivos de trabajo. De esta forma su mujer cobraría del seguro. Para ello utilizaran como excusa el que tiene que renovar el seguro del coche, haciendo creer a la futura victima que lo el segundo papel que firma es un duplicado.
Ella le afirma a Neff que no soporta su vida marital, ni a la hija de él, Lola, y es evidente que el desprecio de ambas, madrastra e hijastra es mutuo. El hecho de que Neff suscriba también seguros por accidentes le hace ver la luz.
En su inicio, Neff intenta conseguir que Dietrichson firme el seguro de automovil, pero éste se queda prendado de Phyllis y a partir de que ella le cuenta que vive en un matrimonio sin Amor se convence a el mismo de que tiene que acabar con la vida del esposo de ella y, así Phyllis cobraría el seguro que el mismo le ha vendido y poder irse juntos.

Pacto de asesinato

Desde ese instante, Walter y Phyllis se ven en un supermercado donde tratan de pasar desapercibidos y organizar el plan. Ella le cuenta que su marido no va a realizar el viaje porque tiene una pierna escayolada por un accidente. Tendran que esperar.


Paso una semana (en la que no se vieron) y Keyes fue a visitar a Walter a su despacho al mediodía para felicitarlo por ser una vez más el mejor vendedor, preguntándole si le interesa un aumento de 50 dólares, pues necesita un ayudante, pero Walter le dice que no le gusta el trabajo de oficina. Es en ese momento cuando Neff recibe una llamada de Phyllis para contarle que su marido se va esa noche en el tren.

Keyes pone muy nervioso a Neff

El plan para el asesinato está claro: Neff se prepara a conciencia y hace que todos sus movimientos esten supuestamente claros, dejándose su agenda en la oficina o dejando un choche para que lo lavara, diciendo que no iba a salir esa noche.
Vestido como Dietrichson sale sin ser visto y va andando hasta la casa sin que nadie lo vea. Se esconde en la parte de atrás del coche y, tras un rato de haber salido del coche supuestamente a la estación, observa que ella se ha equivocado de dirección y ha entrado por una calle que no lleva a su presumible destino, dando ella los tres pitidos con los que quedó que avisaría a Neff, que desde detrás acaba con él.


Llegados a la estación, Neff suplantará al fallecido, entrado incluso en el tren, evitando que todo el mundo lo vea. Sólo un tal Jackson, de Oregón, esta a punto, pero de deshace de él, eviandolo a por una pitillera con la excusa de que se la ha dejado en el departamente. Aprovecha su salida para tirarse del tren (que iría a unos 20 km/hora), observando las luces del coche de Phyllis cerca. Tras arrastrar el cuerpo hasta la vía regresan felices por el resultado de su actuación hacia el coche, que comprueban no arranca, provocando el miedo en ellos, pero al final lo consiguen.  Durante el regreso repasaron lo que debía ella declarar en el juzgado y a la compañía de seguros, y aunque temía que ella se viniera abajo, la vio extraordinariamente muy seren.
Keyes, inicialmente cree que efectivamente fue un suicidio, pero posteriormente ve cosas que no parecen normales como que no reclamara nada a la compañia, tras el accidente de la pierna (¿sabía que estaba asegurado por accidentes?) o que se tirará de un tren que en ese momento iba a una velocidad muy lenta (no para matar a nadie) y se pone manos a la obra, llegando a la conclusión de que la señora Dietrichson puede ser complice de asesinato junto a otro tipo, que se hizo pasar por el fallecido en el tren, el novio de la hija del señor Dietrichson. 

Keyes, una pieza dura de roer

Neff y Phyllis acuerdan de no verse durante un tiempo para no levantar sospechas y que Keyes no se entere de su estafa, ya que es un verdadero "sabueso" a la hora de descubir cualquier engaño, por nimio que sea. En este tiempo, Neff se entrera de que Phyllis fue enfermera de la primera mujer de Dietrichson, de la que su hijastra sospecha  fue culpable de la muerte no sólo de su padre, sino de su propia madre.


Tras pedirle explicaciones a Phyllis, y tras un forcejeo, ésta muere y él acaba malherido. Al final, podemos ver como Keyes ha oido toda su confesión, mientras el la grababa en su despacho. Muy maltrecho, Neff intenta salir y llegar hasta el ascensor, sin conseguirlo, mientras Keyes llama una ambulancia para, según el propio Neff, alargar su agonía y que llegará vivo a la cámaa de gas.  


Obra maravillosamente absorvente, la sordidez y la bajeza moral la convierte en una de las catedrales del cine negro con una Barbara Stanwyck, que (a pesar de la peluca rubía) se convirtió en una de las más fascinantes y terribles de la historia del séptimo arte. Historia llena de suspense que mezcla lo mundano con lo malvado en una de las obras imprescindibles del cine.

Ficha

Dirección
Billy Wilder
Producción
Buddy G. DeSylva
Joseph Sistrom
Guión
Billy Wilder
Raymond Chandler
Música
Miklós Rózsa
Fotografía
John F. Seitz
Montaje
Doane Harrison
 

Otros datos

País
Estados Unidos
Año
1944
Género
Cine negro
Duración
107’
 

Protagonistas
 
Actor
Personaje
Fred MacMurray
Walter Neff
Barbara Stanwyck
Phyllis Dietrichson
Edward G. Robinson
Barton Keyes
James Whitmore
Lola Dietrichson
Tom Powers
Señor Dietrichson

La mujer


La espera


Suicidio


Dos canallas

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