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miércoles, 15 de mayo de 2013

¿Europa si o Europa no?

Estos días la palabra euroescepticistmo esta de moda en Inglaterra. Hasta el propio Primer Ministro David Cameron tiene que contener incluso a los de su propio partido debido a la corriente contraria a la Unión Europea que existe hoy mismo. Historicamente, Inglaterra siempre ha ido a su "bola" con respecto a Europa: conservan: conservan la Libra (de ahí que no esten en la llamada Zona Euro), tienen un sistema métrico distinto o conducen al reves del resto de países. Es seguro que nunca se han sentido del todo europeos debido esencialmente el que, al fin y al cabo, son una isla (grande, pero una isla) separada, como es lógico, del viejo continente.

 
Esto viene a colación porque se ha formado una corriente de opinión en España resentida con la Unión Europea ya que esta nos pide que hagamos una serie de cosas (que podran gustar más o menos) para controlar el déficit y poder de esta forma salir de la crisis. Mi intención en esta entrada no es criticar a la Unión Europea por las medidas, que pueden ser acertadas o no, sino criticar a aquellos que cuando Europa les da dinero (subvenciones) aplauden hasta con las orejas y cuando Europa les dice lo que tienen que hacer, es que Europa es mala, no nos comprende, no merece la pena.

 
Ese tipo de personas son falsas puesto que España desde que entro en la Unión Europea por mucho que diga que se debe a sus ciudadanos, perdió parte de su autonomía cuando entro junto con Portugal el año 1986. La hipocresia es muy barata y ahora mismo es lo que vende.
Otra cosa es que con la llegada del Euro se pretendiera igualar a los países más ricos (menos paro, más poder adquisitivo) con los más pobres (más paro, menos poder adquisitivo) puesto que las diferencias iban a quedar patentes y con todos mis respetos países como España (donde historicamente ha habido más paro, donde los sueldos son muy bajos y los precios cada año suben más y más...) no podía competir con un país tan fuerte como Alemania. Cada país de la UE tenía y tiene sus peculiaridades. El error fue creer que se podía crear una especie de Estados Unidos de Europa cuando cada país es muy diferente respecto del otro. Ese fue, quizá, el error más grave, lo que no es óbice para decir que si hasta ahora hemos funcionado bien con Europa, ¿por qué ahora vamos a funcionar mal?

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