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jueves, 9 de mayo de 2013

Acabar con los asesinos

Estos días, en medio de las turbulencias provocadas por la desimputación de la infanta, ha salido una noticia que si bien no ha pasado desapercibida, no se le ha dado el valor necesario: la detención de varios asesinos de ETA. Por lo visto habían llevado la estructura de los asesinos durante los momentos de la "tregua".
Esto me lleva a pensar que la lucha no esta acabada. Hay que encerrar a todos y cada uno de aquellos que han formado o siguen formando su estructura. Algo que no debemos consentir los ciudadanos, y ya lo sufrimos en legislaturas pasadas, es que los que apoyan el terrorismo bien participando de sus actos o de sus manifestaciones tienen que acabar entre rejas y titar la llave (por si acaso).

 
En último lugar tenemos que hacer todo lo posible para echar a los filoterroristas de las instituciones, no podemos consentir que aquellos que han participado en actos de terrorismo, se lleven dinero público de los ciudadanos que tanto han sufrido por la amenaza terrorista.
Hay que evitar el vocabulario sensibloide, el cual habla del perdon, pero no como un acto de generosidad y con el consecuente arrepentimiento, sino para que éstos no cumplan sus penas. Dios ya les perdonará en el cielo si se arrepienten y dicho arrepentimiento es sincero, pero los hombres los juzgaran de forma imparcial y atendiendo a los derechos fundamentales del ser humano, cosa que ellos les negaron a los que asesinaron, muchos de ellos de forma fría y calculada (acuerdense de los disparos en la nuca). Y ya que hablamos de Dios, no quisiera dejar pasar mi protesta la actitud a lo largo de la historia de la Iglesia vasca con los nacionalismos y, en concreto, con ETA. Jesús mismo ya lo dijo "Mi reino no es de este mundo" y algunos eclesiásticos se muestran digamos partidarios de unas ideas que hacen suya para toda la diocesis y no podemos consentir. El sufrimiento de tantas personas, no puede quedar en vano. Como dijo el Señor perdonemos a nuestros enemigos, pero también hay que caer en la cuenta de que el ser humano es responsable de sus actos y ellos sabían perfectamente lo que hacían cuando asesinaban a sangre fría. La Iglesia tiene que ponerse del lado del que sufre y aquí en España si hay alguien que ha sufrido son los familiares de las victimas y no aquellos que pretenden hablarnos de "PAZ" cuando han sembrado la discordia de forma permanente.

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