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miércoles, 1 de julio de 2015

Cuando nos encontramos con Manolito Gafotas

Los chicos de los 90 crecimos y nos aficionamos a la lectura de sus historias. Los relatos de un niño que vivía en Carabanchel (alto) con sus padres (aunque su padre pasara más tiempo en la carretera repartiendo mercancías con su camión Manolo que en casa), su abuelo y su hermano "El Imbécil". El niño se llamaba Manolito García Moreno, pero gracias a sus gafas era conocido como Manolito Gafotas.


¿Por qué nos aficionamos a sus historias? Pues porque era un niño normal con problemas en la escuela, broncas de su madre (famosa por sus collejas), celos por el trato diferente que le dan desde el principio a su hermano frente a él (de ahí que le llame imbécil), con un abuelo del que es su ojito derecho (aunque teniendo en cuenta el poco caso que le hacen al abuelo, es un ojo derecho con poca influencia) y una vecina cotilla y metomentodo como la Luisa.


Y por supuesto muchos amigos: el Orejones es su mejor amigo (aunque a veces sea un cerdo traidor), la Susana Bragas-Sucias, el abuson Yihad, Melody Martínez (que esta por él),  Mostaza y tantos otros que nos amenizaron nuestras horas de lectura.


Cabe resaltar que, a pesar de los años, siempre es un placer sumergirme en los libros de Manolito Gafotas. En cierta medida, es una forma de acercarse a la niñez que tenemos escondida en alguna parte.


Nada como volver a ser niños leyendo las historias, que pueden ser las de cualquier niño, en un punto concreto de nuestra geografía; nada como volver a leer a Manolito Gafotas.

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