Este poema se hizo muy popular para el gran debido a la película del mismo nombre, que relata los acontecimientos ocurridos en Sudafrica en los primeros años de Gobierno de Nelson Mandela. La película refleja muy bien una época difícil y las dificultades por las que paso el mandatario africano pueden sinceramente aplicarse a este maravilloso poema. Pero ¿Quién fue el autor de tan gran composición?
El poeta se llamaba William Ernest Henley y no me voy a centrar en su carrera literaria, sino en su vida. Una vida marcada desde el comienzo por la tuberculosis que lo postro en la cama. Años después, la enfermedad había alcanzado un pie y los médicos le dijeron que la amputación por debajo de la rodilla sería la única forma de preservar su vida.
Las dificultades no minaron a Henley que llego a pasar el examen de ingreso en la Universidad de Oxford y fue editor de diversas revistas culturales. Realizo múltiples poemas, pero el que lo llevo a la fama sería uno que, en cierta medida, ejemplifico, su forma de actuar. A pesar de las dificultades derivadas de la salud, Henley, salio adelante hasta el punto de formar parte de la prestigiosa sociedad cultural de la Inglaterra de aquellos años. El poema lo escribió postrado en la cama de hospital, nombrandolo invictus. Y efectivamente, a pesar de las dificultades, consiguió ser el amo de su destino, el capitán de su alma.
Aquí en la noche que me cubre,
oscura como abismo de polo a polo,
les agradezco a los dioses que pueda haber
por mi alma inconquistable
Al caer en la trampa de las circunstancias
no he sollozado ni he gritado.
Bajo los golpes del azar
mi cabeza sangra pero esta erguida
Más allá de este lugar de furia y llanto
aguardan los horrores en la sombra,
y aun así la amenaza de los años
me encuentra y va a encontrarme, sin temor
No importa que tan fuerte sea la reja,
cuán cargado de castigo sea el decreto.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma
Secuencia de Invictus
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